jueves, 24 de mayo de 2012

TEMA VIII REGIMEN DE ESTUARIOS

Báez López Yonathan Daniel

Objetivo : Analizar el funcionamiento hidráulico de estuarios y la estabilidad de los accesos costeros


1.- Origen, Morfología y Terminología estuarina


Un estuario es la parte más ancha y profunda de la desembocadura de un río en el mar abierto o en el océano, generalmente en zonas donde las mareas tienen amplitud u oscilación.


Los estuarios se originan porque la entrada de aguas marinas durante la pleamar, retiene las aguas del río, mientras que durante la bajamar, todas las aguas comienzan a entrar a gran velocidad en el mar u océano, lo que contribuye a limpiar y profundizar su cauce, dejando a menudo, grandes zonas de marismas.



La diversidad de tamaños, forma, régimen de salinidad, sistema circulación, y biota en un estuario es debida a la interacción de numerosos factores que puede sintetizarse en dos clases:
1)     Factores inherentes a los principales rasgos geológicos (tipo de rocas, morfología costera.) que controlan el tamaño y forma de la cuenca del estuario y la naturaleza de los sedimentos aportados a ella.
2)     Factores contemporáneos con la naturaleza de los procesos (corrientes de marea, descarga fluvial) que influyen en los modos de sedimentación, hidrodinámica y biota del estuario.

Estuario Positivo para aquel en que el volumen de agua dulce que ingresa es mayor que el que se pierde (salinidad interior menor que en el océano): y Estuario Negativo o Inverso para aquel en que ocurre lo contrario (salinidad en el interior mayor que en el océano).

Actualmente se denomina al primer caso como "cuenca estuarina" y al segundo como "cuenca no-estuarina"

2.- Régimen de Vasos a Marea Libre


Se ha establecido el régimen de flujo en el estuario, a través del análisis de los campos de formas de fondo presentes en el lecho del cauce. El estudio ha permitido deducir el régimen de flujo dominante en diferentes tramos del río y establecer el grado de hidrodinamismo que soporta el medio. Los resultados indican un régimen moderado con tendencia al equilibrio, caracterizado por la alternancia de tramos de alta, media y baja energía, consecuencia de las variaciones de la corriente media en cada tramo. 

Aunque el régimen deposicional esté principalmente controlado por la acción fluvial, dominada ésta por las crecidas estacionales, la acción marina es también un factor esencial de la dinámica de la ría, dominada esencialmente por las mareas. Otro factor, como la acción antrópica, es actualmente determinante, debido a las grandes modificaciones realizadas en la cuenca y en cauce fluvial.

3.- Corrientes de Densidad y Cuña Salina


Teniendo en cuenta las condiciones de entrada de uno estuario se pueden diferenciar varios estados físicos en su evolución:
a)    Estuarios  de valle fluvial hundido y inundado
En los momentos iniciales  de su desarrollo, al amparo de los deltas mareales se desarrollan extensas cuencas que actúan como trampas de sedimentos fangosos. El grado de sedimentación en frentes deltaicos de este tipo son rápidos. La acumulación de fango depende de los aportes fluviales, siendo del orden de 1-2 mm/año. Con estas condiciones los fondos arenosos de los condes son progresivamente remplazados por depósitos de llanura de inundación y de “Levees”.
Los sedimentos de los canales se hacen de tamaño de grano mas fino y más fangoso en dirección agua abajo, llegando a desarrollarse llanuras intermareales en el frente deltaico.
En un estadio de evolución mas avanzado, los depósitos fluviales pueden llegar  a rellenar la totalidad de la cuenca, progradando hacia el mar sobre el delta mareal, quedando los canales restringidos por bordes de levees y llanuras intermareales. Bajo condiciones de flujos normales, los canales permanecen con fuerte influencia mareal, alcanzando el sector fluvial con cierta atenuación en dirección aguas arriba.
Finalmente la acción de olas retrobaja estos sedimentos dando lugar a cuerpos arenosos progradantes en el interior de la bahía.
Los sedimentos muestran secuencias transgresivas en la parte externa del estuario, en donde los fangos estuarinos y arenas típicamente marinas pueden alcanzar espesores considerables. La llanura de inundación forma delgados depósitos superficiales sobre depósitos de arena y fangos arenosos de los canales fluviales.
b) Los estuarios barreras
En la medida que se rellenan, pierden la irregularidad de los bordes de su costa, desarrollando bordes sedimentarios y lóbulos deltaicos con canales bifurcados.
El estadio final de relleno está  caracterizado por canales siemosos con suaves bordes de levees.
Los estuarios barrera ocupan valles mas someras que los de la valle fluvial, y se rellenan con sedimentos fino fluviales que frecuentemente alcanzan menor espesor. Dos tipos de faces son dominantes: los fangos de la cuenca y los fangos arenosos del frente deltaico.
c) Los lagoones costeras salinas
Inicialmente tienen similar configuración y distribución de sedimentos que los estuarios barrera. Sin embargo, los cuerpos de agua son más pequeños y los depósitos arenosos están menos desarrollados.
En lagos costeros con poco aporte fluvial, las condiciones salinas se mantienen durante largos periodos y las facies fangosas y bioclásticas se acumulan en la cuenca de la baja energía y ambientes deltaicos. La vegetación houlofítica coloniza los márgenes avanza en la medida que la cuenca se rellena. Al mismo tiempo las variaciones de salinidad aumentan y se prolongan las condiciones de aguas dulces a salobres.
Como resultado, las plantas más salinas son progresivamente remplazadas por especies más tolerantes al agua dulce; se desarrollan extensas ciénagas de juncos y los sedimentos son remplazados por fangos ricos en materias orgánicas debidos a aguas dulces.
Estos tres tipos pueden aparecer asociados, tal como sucede en la costa de Galicia.
Desde el punto de vista del origen de los sedimentos que rellenan una depresión en la que se ha formado un estuario, en horizontal, se pasará longitudinalmente de secuencias fluvio-estuáricas a estuáricas, a finalmente estuarico-marinas. En vertical, las secuencias sedimentarias conservadas están asociados con fenómenos de subvergencia y transgresiones: en la parte baja del estuario se pasará de depósitos arenosos del borde a llanuras fango-arenosas submareales a depósitos de arenas gruesas de fondo de canal.(Arche, 1989)

4.- Estabilidad de accesos costeros


 Los estuarios constituyen los “criaderos” (lugares donde los juveniles crecen con rapidez) de la mayor parte de moluscos, crustáceos, peces costeros que se cosechan no sólo en el estuario sino también mar adentro. (Odum & Sarmiento 1997).
         Esta propiedad natural de los estuarios  podría ser aprovechada por el hombre para el cultivo de estas especies, que de manera natural,  se desarrollan fácilmente en este tipo de ecosistemas.
         Para el establecimiento de estas áreas de acuicultura es importante estudiar las características del medio. Éstas son básicamente 3: heterogeneidad, variabilidad y diversidad.
         A la heterogeneidad del medio marino debida a su propia inmensidad (variación de temperatura en sus distintas latitudes, relieve submarino, diferencias de salinidad según la evaporación o aporte de aguas de lluvias...) hay que añadir la heterogeneidad en la zona litoral constituida por el flujo de aguas dulces procedentes de los ríos, aguas menos densas y generalmente más calidad. Por otra parte podríamos imaginar que donde se produjeran mareas se darían fenómenos de remoción de agua que homogeneizaran el medio, pero realmente no es así  ya que las masas de agua se deslizan unas sobre otras en un movimiento horizontal, mientras los movimientos verticales son muy limitados.
         Estos medios son también muy variables ya que los aportes de aguas dulces son fluctuantes en el espacio y en el tiempo (varían tanto en estaciones como en la zona de vaciado, ya que son aguas muy ligeras que se ven desplazadas por acción de los vientos, desplazándose de la zona).
         Son ecosistemas muy diversos poblacionalmente. La densidad de especies es máxima en la capa superficial (0-10m)  y decrece con la profundidad.
         Sin embargo estos medios tan diversificados y productivos, en principio receptivos al cultivo, son muy frágiles, ya que están expuestos a múltiples perturbaciones, de modo que la producción de organismos cultivados puede estar limitada por las características naturales del medio en cuanto  a la utilización y ocupación del litoral. Por ello conviene administrar y estudiar estos espacios y más concretamente analizar los factores que inciden, no sólo en su calidad, sino también aquellos que van a ser decisivos para el éxito o fracaso de cualquier tipo de explotación acuícola, como son las propiedades del agua, la prevención sobre los fenómenos accidentales, tales como la proliferación de especies fitoplanctónicas, mareas rojas, fenómenos de anoxia, etc..., como también definir las tasas de contaminación ordinaria de los organismos representativos de las poblaciones locales.
         Asimismo para la elección de la zona de cultivo se tendrá en cuenta las condiciones geomorfológicas y climáticas. Así para la acuicultura del molusco o de algas se utilizarán zonas cerradas protegidas de los temporales con moderada tasa de renovación del agua y nutricionalmente ricos. Y para  el cultivo de peces y crustáceos se favorecerá el sustrato arcilloso para el cultivo en tierra, así como los regímenes hidráulicos definidos por el ritmo de la marea.
         Un buen conocimiento de la riqueza orgánica de los fondos (parques intermareales, marismas, etc...), es la base de una buena gestión del medio. (Corral et al 2000). Así vemos que existen varios tipos de agua a lo largo de un ciclo de marea; al inicio de la bajada de la marea son aguas mixtas, saladas y a veces dulces, provenientes de las marismas, recalentadas en verano y refrigeradas en invierno. En el medio de la bajada son aguas dulces cargadas de materia orgánica y enriquecida en oxígeno por el flujo turbulento en superficie. Al final de la bajada son aguas de chorreo sobre la superficie del depósito, son muy turbias, aveces muy ricas en amoníaco, en definitiva poco favorables para la acuicultura.
         Estas zonas bien gestionadas pueden constituir una fuente generadora de riqueza para los habitantes de las mismas. Las especies pesqueras, que ya se encuentran de forma natural, pueden verse incrementadas mediante el desarrollo de prácticas de cultivo contribuyendo al mantenimiento de unas poblaciones permanentes sobre los territorios.
         Muchas veces también un estuario es una eficiente trampa de nutrientes, en parte física (las diferencias de salinidad retardan el mezclado vertical de masas de agua pero no el horizontal) y en parte biológica. Esta propiedad contribuye a la capacidad del estuario de absorber nutrientes de desecho, siempre que la materia orgánica haya sido reducida por tratamiento secundario. (Odum y Sarmiento 1997).
         Tradicionalmente los esturarios se han utilizado mucho (pero apreciado poco) como alcantarillados gratuitos de ciudades costeras. Así es un buen ejemplo el caso de Nueva York.
         Afortunadamente desde 1970 se ha aumentado la conciencia y la investigación sobre el valor de los estuarios, y la mayoría de países han promulgado leyes para proteger estos ambientes.



No hay comentarios:

Publicar un comentario